La malicia del catador

Doblegar tu cuerpo; carne.

Hasta que tu existir sea mi lastre.

Toquetear hasta el hartazgo

Sin dejar lugar sin rastro.

Violentando cuerpos suaves

Dejo el espíritu aparte.

En cuanto haya mordido la fruta

Ya no tendré hambre.

Mi apetito es insaciable…

Y muchos son los árboles.

Así que cae y dios quiera

Te corresponda mejor destino,

Que sufrir de mis mordiscos.

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